Extremadura ha revalidado su liderazgo nacional en energía solar fotovoltaica, tanto en potencia instalada como en generación eléctrica, ya que el año pasado instaló más de 1.300 nuevos MW de esta tecnología, lo que supone casi un 51% más que el ejercicio anterior.
De esta manera, la región cerró el año pasado con más de 3.877 MW en servicio -la mayor potencia instalada de fotovoltaica en el país-, lo que permitió duplicar la producción a partir de esta fuente, alcanzando un volumen superior a 4.900 GWh, según recoge el documento-avance del Informe del sistema eléctrico español 2021, publicado recientemente por Red Eléctrica de España.
Entre todas las instalaciones puestas en servicio destaca la planta fotovoltaica Núñez de Balboa, situada en la provincia de Badajoz y puesta en servicio en enero de 2021, que con 500 MW de potencia es actualmente es la mayor instalación de este tipo en Europa, aunque ya ha sido superada por la planta Francisco Pizarro, en la provincia de Cáceres.
Actualmente, la Delegación del Gobierno en Extremadura está tramitando diversas instalaciones de producción de energía eléctrica con una potencia prevista de 2.800 MW y una inversión aproximada de 2.100 millones de euros, incluyendo instalaciones hidráulicas de bombeo y acumulación en diversos aprovechamientos hidroeléctricos de la región y 10 plantas fotovoltaicas.
A la luz de los datos que aporta este informe, nos preguntamos ¿es esta la verdadera transición ecológica?
EnVerde tiene su origen, precisamente, en un grupo de personas sensibilizadas con la necesidad de una transición energética que tenga como principios básicos la protección medioambiental, la justicia social y la equidad territorial. A pesar de que actualmente esto es fácil de conseguir por la disposición y capacidad de las energías renovables, nos encontramos con que estos principios corren serios riesgos debido al modelo que se está primando en nuestro país y que afecta especialmente a Extremadura. Hablamos del modelo centralizado que aboga por las instalaciones a gran escala, muy presentes en nuestro territorio, y que solo benefician a las grandes empresas, ya que estas grandes infraestructuras no generan empleo local estable ni contribuyen al desarrollo de otros sectores, tienen un gran impacto en el entorno, hacen la vida más incómoda a las personas que viven en sus inmediaciones, desperdicia mucha energía en su transporte y no suponen ningún ahorro económico para la ciudadanía.
EnVerde apuesta por el modelo distribuido, con la instalación de pequeñas y medianas instalaciones, como en las comunidades energéticas, o el autoconsumo individual o colectivo. Hoy tenemos la tecnología necesaria, recursos y una normativa que arropa el autoconsumo, quizás falta algo de empuje por parte de nuestra administración que debiera facilitar y agilizar las subvenciones propias y las que se derivan de los fondos europeos. En ese sentido, hay que tener en cuenta que muchas empresas extremeñas dedicadas a este sector están sufriendo este retraso administrativo, lo que, además, repercute negativamente en el empleo local. Es decir, estas subvenciones no sólo beneficiarán a las personas que quieren reducir de las facturas mientras usan energías limpias, sino que ayudan a que la economía sea verdaderamente circular y ayude a nuestras empresas y a las personas que trabajan en ellas.
Además, el modelo de comunidades energéticas no sólo aporta valores relacionados con el tema energético, sino que aporta valores en términos sociales ya que crea comunidad a través de la participación de la ciudadanía. En este sentido, nuestro compromiso con el entorno y con nuestra región se plasmará en el apoyo a la creación de comunidades energéticas en nuestra región.
Renovables sí, pero no así